Para no equivocarnos, no creas que hay que tratar a los demás como a ti te gustaría ser tratada o tratado; mejor trata a los demás como a ellas y a ellos les gustaría que les trataran. No todos definimos igual el respeto, ni queremos lo mismo, o necesitamos ser amados o amadas con exactamente las mismas manifestaciones de cariño.
Si tu amas los chocolates en forma de corazoncito, nadie tiene la obligación de agradecerlos incondicionalmente cada 14 de febrero.
Por eso abre tus sentidos para conocer como a cada quién le gustaría que le trataran, aunque no necesariamente lo compartas o tenga sentido para ti; y si tus sentidos no bastan, recurre a esa ancestral y milenaria técnica conocida como: "pelsona inteligente que sabe hacel plegunta".
Y ya que te enteres como esa persona quiere ser tratada, y te es propicio hacerlo, entonces cultiva una bonita relación con el o ella, cuidando de dejar ver, a tu vez, cual es la manera en la que tu gustas que te traten.
