Los 2 caminos de la envidia

Si la envidia fuera tiña... y hasta ahí llego, porque honestamente, nunca me he sabido el refrán completo; lo que si te manejo, es que en opinión de la mayoría de las personas, la envidia es de las emociones más negativas que cualquiera podría sentir.

Al menos eso dice la gente.

Pero ¿cómo defines cuales emociones son positivos y cuales negativas? No puedes basarte sólo en la sensación subjetiva que te genera, porque a veces la tristeza puede saber muy dulce, y a su vez la alegría, en ciertas circunstancias, puede volverse amarga. ¿Entonces?

Déjame afirmarte que no hay un criterio ético para las emociones que puedes sentir... o incluso, tampoco vale decir, que se es correcto o incorrecto si no sientes lo que otras personas sienten en una determinada situación. Si quieres valorar como bueno o malo algún aspecto de las emociones, evalúa la ética de lo que elegimos hacer, a partir de aquello que sentimos.

O sea, igual que cualquier emoción, la envidia no es buena o mala, simplemente es. Y en muchas circunstancias, a cualquiera le puede resultar inevitable sentirla. La pregunta aquí, es ¿que eliges hacer con esa envidia que sientes?


Definamos la envidia como esa emoción que aparece cuando descubres que aquello que anhelas está en manos de alguien más. Voy a darte 3 pistas de qué se puede hacer con ella, donde verás que la primera y la última opción te pueden ayudar a resolver lo que sientes y dar paso a otras experiencias emocionales. Checa:
  • 1) Opción destructiva. Al sentir envidia, te movilizas para que esa persona pierda la oportunidad de tener eso que tú anhelas; al final, si el objeto de tu anhelo no es tuyo, no será de nadie (Buajajá¡!). El problema con esta alternativa es que probablemente no te encamina hacia una mejor versión de ti, y una vez resolviéndose la envidia, posiblemente abra paso a la #culpa.
  • 2) Opción pasiva. De nuevo al sentir envidia, tomas cartas en el asunto pero sin manifestar ninguna acción; solamente racionalizas y racionalizas la circunstancia (estrategia popularmente llamada #ChaquetaMental) en un esfuerzo intelectual destinado a silenciar esto que sientes. Lamentablemente, ésta estrategia no resuelve la envidia, y le permitirá volver a manifestarse cada vez que tengas un bajón en tu autoestima.
  • 3) Opción constructiva. Llega la envidia, ves que el objeto de tu anhelo está en manos de otra persona... te concientizas entonces de que es posible obtener eso que deseas (porque si esa persona lo consiguió, también tu puedes), y transformas tu carencia en una inspiración. De esta manera las victorias de los demás, te señalan el camino para acceder a tus propios triunfos.

¿Ves cómo la envidia no es buena ni mala?, bueno o malo es lo que elegimos hacer a partir de ella. Toda emoción tiene tres posibles salidas: una destructiva, una constructiva, y una neutra que se caracteriza principalmente por la no - acción, que simplemente preserva la emoción hasta alcanzar sus niveles de toxicidad. Dime tú, cuál preferirías.

Finalmente, no le tengas miedo a lo que sientes; mejor canaliza ese miedo hacia la cautela de tomar buenas decisiones, para resolver constructivamente esas emociones que sientes.

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