Tu propia pelicula

El hashtag en redes sociales durante este fin de semana, será seguramente la versión de Zach Snyder para la Justice League; una película estrenada en 2017, que nos presentó la épica reunión de los Superamigos (se llamaron así un tiempo durante mi infancia aquí en México) en un filme live action con Superman, Batman, la mujer maravilla y etcétera. En aquel entonces, la expectativa fue tan elevada que a muchas personas les encantó el producto entregado, y otras tantas lo odiaron. 

Entre quienes odiaron la película se encontraba el propio Snyder, quien originalmente debió abandonar la producción debido a la muerte de su hija. Finalmente, al encontrar decepcionante el producto final y habiendo mucho apoyo por parte de la fanaticada, el buen Zach se dio a la tarea de juntar recursos, voluntad y creatividad para terminar su propia versión, una que dura cuatro horas, por cierto. 

Nuevamente las opiniones acerca del producto final se van dividiendo, pero ese es tema para otro texto. Yo creo, a partir de esta anécdota acerca de una película dos veces contada, que podemos extraer una lección interesante, esta es: no importa qué historia vas a contar, lo importante es cómo vas a contarla.

Entre una película y la otra, la historia es exactamente la misma, pero los ángulos de cámara, los filtros, los efectos digitales y la música, hacen de cada cual una experiencia fílmica completamente distinta. Además de que por supuesto, el director ha agregado alguna que otra escena extra, que si bien enriquecen la narrativa, no modifican significativamente el curso de la historia.

El arte de contar una historia y despertar emociones a partir del modo en que la estamos contando. 

Hay historias apasionantes, tristes hasta lo depresivo, confusas o épicas, algunas llenas de nostalgia, y otras más con heroísmo o gran sacrificio. ¿Si tú fueras Zach Snyder filmando una narración sabrosa, como dirigirías tu película?

Por naturaleza, los seres humanos somos contadores de historias, y en este momento, esta persona que tu dices ser, es simplemente la conclusión de la narrativa que te estás contando con el material que te dan las distintas escenas filmadas con tu memoria desde tu experiencia emocional. Si tu vida transcurre siendo un recorrido pesado y a contracorriente, tal vez aburrida o francamente tortuosa, es tal vez porque te lo estás contando más al estilo de de Joss Whedon. 

Decían los estoicos: “a ti no te afecta lo que te pasa, sino lo que piensas acerca de las cosas que te pasan”, o como diría probablemente Zach Snyder: “tu vida es esa película que tu te cuentas, y está en tus manos que sea una historia que quieras ver una y otra vez, o en cambio, una que te aburra y prefieras dejar de ver”. 

¿Cómo te estas contando tu vida? Vámonos por tiempos:

El pasado es la etapa de tu vida que no puedes cambiar, en teoría, porque “ya pasó”. Pero el pasado es simplemente una narrativa que te cuentas, y tu opinión acerca de eso, es la consecuencia del tipo de personaje que te das en esa historia. Si no superas tu pasado porque te visualizas con, por ejemplo, el papel de víctima, entonces vale la pena que apliques la estrategia “Zach Snyder” y realices tu propia edición consciente de la narrativa de tu pasado. Renarrar tu pasado.

No necesitas que los acontecimientos que experimentaste sean distintos; lo que debes hacer es describirlos desde un enfoque diferente, desapegarte del personaje que te habías convencido que era tuyo, y permitirte otros arquetipos, otras explicaciones, otros puntos de vista o ángulos: permítete rediseñar tu personaje. ¿De qué manera podrías encajar en esta narrativa, un personaje heroico que sea de tu gusto?, tale vez un personaje de sobrevivencia, sabiduría o mediación. 

Reconsidera que tal vez en aquella ocasión donde sentías que tuviste todas las de perder y todavía no te lo perdonas, tal vez, en realidad funcionaste con una personalidad estratégica que redujo el daño y contuvo el riesgo, que si bien no estaba en tus manos neutralizar el peligro, pudiste contener una parte significativa de las consecuencias que serían negativas. 

Resalta lo que obtuviste, no le metas tanto CGI a la pérdida, desacelera tus escenas más épicas y ponle una buena música a la historia. La banda sonora es muy importante para un buen producto, ¿qué canciones te funcionan mejor para contar las mejores experiencias que recuerdas en tu vida?

El pasado no es lo que ocurrió, sino la película que te haces respecto a lo que ocurrió. 

Y el presente es esta película que te vas contando conforma la filmas. No hay guión, no hay ensayos; es casi como si fuese el propio Borat quien con acento de Europa del Este, va haciendo el reportaje de tus experiencias actuales. ¿Cuál es el personaje que te estas permitiendo en esta película?, ¿te das el protagónico?, ¿te satisface?, ¿te hace feliz?

¿Con quién eliges compartir créditos?

Tal vez necesites enfatizar más los recursos con un cambio de enfoque, permítete una pausa para hacer buenas tomas de lo que va bien en la vida. Ponle luces, para que su presencia sea más evidente a tus sentidos. Describe con detalles las escenas satisfactorias que se deriven de tus decisiones, dales tridimencionalidad y sustancia; y a las consecuencias negativas proveélas de una continuidad que las vincule a nuevas escenas de ti, tomando nuevas decisiones que magnifiquen lo que te gusta y reduzcan progresivamente lo que te disgusta. 

Constrúyele su trasfondo a tus villanos, no hagas lo que en muchas películas hacen, aquellas en las que ostentan antagonistas sin motivación ni personalidad. Ya sabes, esos malos que son malísimos porque si, y porque el guion lo necesita. No. Procura que tus villanas y villanos tengan sus propios temores, su dolor, sus incertidumbres; que cada en acto que realizan en contra tuya se note su necesidad de autopreservarse, probablemente desde una escasez de recursos personales. 

Si las y los villanos en tu película hacen las cosas simplemente por ti y porque aman hacerte daño... perdón, pero no estas filmando una película, sino una telenovela. ¿Qué narrativa prefieres proyectar en la pantalla de tu vida?

El futuro, en cambio, es esa película que te produces con un guion perfectamente planeado. Ya tu sabrás si es una historia de éxito y redención, o una de distopias y catástrofes apocalípticas. Habitualmente pensamos que las que mejor se venden son las de la segunda categoría, pero la verdad es que el público conecta mejor con las películas de éxito y retención. 

El problema aquí es que resulta muy sencillo hacerte películas catastróficas del porvenir: estructuramos guiones oscuros y terribles, gastamos todo el presupuesto en efectos digitales estridentes y plagados de screamers, monstruos retacados de CGI que nadie que no seas tu, va a creerse, y dispones que a tu protagonista le sucedan toda clase de situaciones catastróficas. La verdad es que incluso la gente más novata puede dirigir películas de este tipo.

Lo que es un verdadero desafío, es dedicarte estratégicamente a construir narrativas que reflejen un buen futuro hacia el cual dirigirse. Es ahí donde la producción tiene que dedicar un mayor esfuerzo y poner mucha atención y recursos, pero termina valiendo la pena porque en tanto la secuela que es, de tu presente, le da un excelente cierre a cualquier trilogía. 

Recuerda esto: no le tienes miedo a lo que está por venir, lo que te asusta es la película que te estas contando desde tus miedos y esos malísimos recursos que estas invirtiendo. ¡Puedes hacerte una mejor película!, mira nada más a Zach Snyder.

La dirección de tu vida es tuya, así como tu película es plenamente de tu autoría, y eres tu a quien se felicitará en cada ocasión en que estrenes un nuevo episodio. Cuida las narrativas que empleas, cuida tu cast y el modo en que se desarrolla tu protagonista; y no te olvides que siempre, siempre la o el protagonista de esa película eres tu. 

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