El Licenciado Vidriera

La base del extraño trastorno del Licenciado Vidriera, en realidad no era su absoluta certeza de estar hecho de cristal, si no ese esfuerzo constante por proteger su fragilidad contra las amenazas de la vida.

Lo conocí cuando yo era niño, a través de algún libro de lecturas de la SEP. Este primo lejano de Quijote, decían, evitaba todo riesgo innecesario, le apostaba a la comodidad más absoluta y sacrificaba cualquier felicidad a cambio del engañoso lujo de permanecer tranquilo. Vamos, porque el era de cristal.

Paradójicamente, el Licenciado Vidriera vivía con miedo. Ni tranquilo y mucho menos feliz, porque cada nuevo esfuerzo por protegerse, era una confirmación de su fragilidad galopante. Mientras más se protegía de quebrarse, él más frágil se volvía.


Gracias al Licenciado Vidriera aprendí que podemos alimentar al miedo, hasta volverlo de roca y nosotros de cristal, papel o mimbre. Desde entonces, cada vez que elijo sobreprotegerme, eludir riesgos o apostarle a la comodidad de una zona de confort, me acuerdo de la historia del hombre que hizo todo contra la posibilidad de hacerse pedazos.

Asumiendo que hacerse pedazos, sea algo realmente tan malo...

Honestamente, no creo que desde el principio el Licenciado Vidriera fuera de cristal, sino que sus decisiones cotidianas, las equivocadas, lo fueron transformando en alguien de un material cada vez más frágil. Si alguna vez yo mismo fui de cristal, me gustaría llegar a ser de una aleación de acero muy resistente... y flexible.

¿Tu de qué material estas hecho /a?

No hay comentarios.:

Me interesa conocer tu opinión, escríbela y te responderé en breve: